martes, 9 de septiembre de 2014

Dueña de la Noche

Dejándose notar apenas,
ella bailoteaba en el firmamento,
entre grises nubes de tormenta
esperando los momentos
en que podía brillar tranquila
a los ojos de los mortales,
con su luz de hermosos amarillos,
y resplandecientes como cristales.
En un momento único
que unió dos almas encontradas,
una que sufre, otra que abraza,
observándolos vigilante
se dejaba notar mientras la noche
despedía un aroma que prometía
un descanso y un alivio, aún mejores.


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